jueves, 25 de junio de 2009

Alexander Pope...

...me hace reír como si fuera inocente.

Debo admitir, a manera de sacar un trapo más al Sol, que no conocía tanto de él sino hasta que escuché sólo una pequeña estrofa de su inmenso canto titulado 'Eloisa to Abelard', una de las cosas más preciosas que he leido y quiero aprenderme. Con eso, podría reemplazar en mi cabeza miles de lecciones de matemática inútiles de bachillerato, y sustituir la trigonometría por algo dulce y pegajoso y lleno de esperanzas inútiles y de inglés del bueno (leer EtA es casi comparable con una tarde de vacaciones y desamor, porque deja el más agrio sentimiento de pre-llorantina y un hambre impresionante).

Una vez dicho esto, presento el pequeño poema de sólo dos versos de Alexander Pope, titulado 'Epigram Engraved on the Collar of a Dog which I gave to His Royal Highness' -Epigrama gravado en el collar de un perro que le di a Su Alteza Real, para los no-angloparlantes-, y dice así:

I am His Highness' dog at Kew;
Pray tell me, sir, whose dog are you?

With that said,
I may retire,
Go wash my hands
And start a fire
(Epa, ésa fui yo).

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